Día 10 de agosto, algún lugar de Mongolia. Nos encontramos a 50 km al norte de Mandalgobi, una de las ciudades que anuncian la entrada del temido desierto del Gobi. 6 de la mañana, diana oficial del campamento. Nos lanzamos a las 6:30 como hienas a por el desayuno, nos quedan 101km por delante. Bueno, no parece gran cosa, toma de contacto. A las 8:30 se da la salida oficial a la primera etapa de la primera edición del Mongolia Bike Challenge 2010. 10 metros más tarde ya hay un ciclista en el suelo sangrando por la boca, premio al más idiota. Quedan 1400 km por delante, hay que tomarlo con calma… en fin, esquivo la bici y tiro para adelante. Una dura subida de piedras para abrir boca y luego un terreno favorable hasta meta, nada, esto es pan comido.
Intento coger un grupo grande que me lleve pero la gente sale a mil por hora. El de la caída me adelante como un tiro, parece que encima es bueno y todo. En fin, yo a lo mío, poco a poco y sin calentar el motor que quedan muchos kilómetros por delante. Vamos pasando zonas de arena y toulé ondulé (o calamina, o uralita… terreno ondulado, vaya) hasta el avituallamiento en el kilómetro 50. Poco más de dos horas y con el escape frío. Esto va bien. Pasamos Mandalgobi, con 2 km de asfalto que se agradecen. Hecho de menos el cartel de GOBI de los tebeos de Mortadelo y Filemón, tal vez estaba en otra pista…
Me junto con un grupo de españoles que ya conozco de otras aventuras, mejor vamos todos juntos que se hará el camino más fácil. 10 kilómetros más adelante arranca un terrible viento en contra y la media se resiente… muchísimo. Vamos dando relevos pero ya no avanzamos. La pista tiene mal firme, el toulé ondulé y la arena frenan las bicis, y el viento hace el resto. En las zonas más favorables alcanzamos los 15km por hora, en las menos, no pasamos de 10. El paisaje es monótono, feo, la arena nos golpea con fuerza y se nos mete por todo el cuerpo. Nos quedamos sin agua y no quedan más avituallamientos, algunos lo empiezan a pasar mal. Uno de mis compañeros de fatigas dice que ya no ve por un ojo y por el otro ve poco. Al final decidimos romper el grupo, yo me voy para adelante con la chica, que tiene opciones en féminas, mientras que los demás se quedan atrás para guiar a nuestro biker medio ciego. La chica y yo tiramos con fuerza (la que nos queda) para intentar recortar diferencias con la primera fémina tras las paradas, tiramos a tope durante los últimos 15 kilómetros. Tras 6 horas y 6 minutos llegamos a la linea de meta de la etapa de toma de contacto. Yo ya no puedo ni hablar, 48 en la general y una paliza en el cuerpo que no podré resistir muchos días. Nuestro compañero llega 20 minutos más tarde casi ciego, y el rosario de gente que entra por detrás es para escribir un poema.
Después de comer algo y ducharme (con agua fría) gasto las pocas fuerzas que me quedaban en montar (con ayuda) la tienda de campaña, no veas lo difícil que es montar una tienda con este viento. Solo quiero cenar y dormir, por fortuna la noche es cálida. Como sean así todos los días… esto va a ser muy duro.
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